La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la que los hombres y mujeres de esta isla consideramos nuestra porque fue resultado del compromiso de todos, celebra sus treinta años de vida. Es un aniversario gozoso ya que comprobamos el enorme acierto que supuso la creación de una universidad completa. Y este hecho nos permite reafirmar la confianza en la sociedad grancanaria porque recuerda su enorme capacidad de movilización cuando comparte objetivos trascendentales, y este lo fue. Estoy convencido de que la universidad ha devuelto en capital intelectual, cultural y social la energía que en su día la hizo posible.
La aportación que la Universidad ha realizado al progreso de nuestra sociedad es tan relevante que tenemos que aprovechar esta ocasión para difundir esos beneficios indiscutibles y confirmar nuestra apuesta por la educación, la formación y el conocimiento como el camino seguro de progreso que debemos priorizar. Pero al mismo tiempo debemos aprovechar esta conmemoración para compartir con nuestros conciudadanos la confianza en un proyecto común que se llama Gran Canaria en el marco de una Canarias solidaria. Este sentimiento común estuvo en la base de aquel logro.
El tiempo ha pasado y es posible que las nuevas generaciones no conozcan la historia de abandono y retraso que los canarios hemos padecido durante siglos en el campo educativo. Recupero un dato: el primer instituto de bachillerato no se creó en Gran Canaria hasta 1913, hasta entonces había que acudir a La Laguna. El período democrático y autonómico ha sido fundamental para corregir, en parte, ese retraso secular. Puede que también desconozcan las dificultades que tuvimos que superar por las resistencias de los poderes tinerfeños que intentaron evitar la creación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Una demanda social absolutamente legítima.
Este aniversario está lleno de motivos para la fiesta, pero perderíamos una gran oportunidad si no lo aprovecháramos también para aprender de la historia y reconocer los errores que debemos corregir y destacar los aciertos que nos hicieron avanzar. Lo más importante es que, al calor de esta celebración, recordemos las emocionantes lecciones que el pueblo protagonizó durante décadas hasta alcanzar aquel feliz 26 de abril de 1989. Destaco dos: tenemos una gran capacidad de perseverar y mantener constante una exigencia cuando la creemos justa; también sabemos seleccionar los objetivos decisivos y nos concentramos en conquistas que transforman la realidad de la isla. Así ocurrió con la creación del Puerto de La Luz, con la exigencia de los puertos francos, con la creación de los cabildos o la división provincial. Así ocurrió con la lucha por la universidad, hasta conseguirla.
Pero el éxito colectivo no debe hacernos olvidar dos nombres que nos representaron en aquella larga marcha, uno es el del Rector Francisco Rubio Royo que agrupó la reivindicación académica y la conectó con la sociedad. Y otro es el de Lorenzo Olarte Cullen que como presidente del Gobierno de Canarias, impulsó la Ley 5/89 de Reorganización Universitaria de Canarias y el Decreto posterior que creó de hecho la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Miles de ciudadanos, la mayoría anónimos, tuvieron un protagonismo que debemos reconocer. Es imposible nombrarlos a todos, pero estoy seguro de que quienes se emocionen al recordar estos acontecimientos se sentirán incluidos y reconocidos.
El Cabildo de Gran Canaria en coherencia con esta visión de la universidad, ha afianzado durante los últimos tres años una relación estratégica intensa con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Durante este tiempo ha triplicado los programas y las líneas de colaboración para impulsar y orientar sectores decisivos en el desarrollo de nuestra isla, como el energético, el medioambiental, el de la economía marina, la emprendeduría, proyectos de I+D+i, el sector primario, la generación de empleo, la modernización turística, el asesoramiento jurídico, el transporte, la memoria histórica, la solidaridad internacional, la recuperación del paisaje… El diálogo entre iniciativas universitarias y propuestas del Cabildo son constantes. Y al comprobar que esta comunicación es eficaz pensamos intensificar en los presupuestos de 2019 las inversiones y los convenios.
Mientras nosotros comprobamos los beneficios de esta cooperación, la universidad española vive momentos de incertidumbre por casos de fraudes que socaban su credibilidad y deterioran su imagen. La recuperación del prestigio pasa por que la universidad se vuelque en la proyección y el servicio social que la sustenta y la justifica. Necesitamos una universidad que sirva a la sociedad, que aumente el nivel formativo de todos nuestros jóvenes, que sirva de ascensor social, que investigue en las áreas con mayor beneficio social y que no se encierre en corporativismos o mercantilismos que oscurecen su razón de existir. Afortunadamente nuestra experiencia justifica que el compromiso del Cabildo de Gran Canaria y la ULPGC crezca y se consolide.
Esta relación intensa entre Cabildo y Universidad ha tenido concreciones importantes durante los últimos años. Quiero destacar las que me parecen más relevantes: el convenio entre la Universidad y la Sociedad de Promoción de Gran Canaria ha resultado decisivo para generar acciones transformadoras y de progreso como la gestión conjunta de espacios permitiendo la incorporación de 31 empresas tecnológicas e innovadoras al Parque Científico Tecnológico; impulso al Área experimental de Acuicultura y Microalgas de Arinaga, con una inversión estimada de 4,1 millones de euros en el marco de la iniciativa conjunta Bioasis Gran Canaria; apoyo al área experimental del Norte de Gran Canaria especializada en Economía Circular, eficiencia energética y tecnologías del agua, con una inversión estimada de 2,2 millones de euros; colaboración en la promoción exterior de Gran Canaria a través de Best in Gran Canaria; participación en proyectos europeos de innovación e I+d+i: Smardest, Innomac y Rebeca, por un importe aproximado de 2,2 millones de euros…
Este trabajo conjunto ha facilitado la creación de una Unidad Mixta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la ULPGC dedicada a “Océano y Clima” y ha conseguido una asignación presupuestaria de 500.000 euros, aportados por el gobierno central. La Unidad Mixta se crea con la finalidad de profundizar en el conocimiento y en la investigación en la oceanografía y el cambio global como consecuencia del cambio climático. Para el cumplimiento de esta finalidad se están ejecutando líneas de investigación a nivel internacional en Oceanografía Física, Química y Biológica, en Geología aplicada, en Procesamiento de imágenes y teledetección y en Algología aplicada.
El Cabildo ha impulsado el desarrollo tecnológico concretado en una aportación de 2,5 millones de euros para el impulso de la iniciativa Bioasis que busca la excelencia en Biotecnología Azul y Acuicultura. Esta marca desarrolla proyectos conjuntos de investigación aplicada, relacionados con la economía azul, las tecnologías inteligentes y la economía circular. Promueve la bio-industria marina basada en el área de cultivos marinos animales, y también la biotecnología marina vegetal (algas).
Otra línea de trabajo que valoramos es la que impulsa la financiación para investigación y formación para posgraduados e investigadores en sectores básicos de la economía diversificada que potenciamos. Ya están en marcha las becas doctorales industriales, con una inversión superior a los 180.000 euros. De forma inmediata aprobaremos otro millón de euros para apoyo a la investigación prioritaria. En esta orientación de apoyo a la innovación, el traspaso de conocimiento de la universidad a las empresas es fundamental, y se hace a través del fomento de patentes y contratos de transferencia.
Este trasvase entre Cabildo y Universidad incluye la implicación de las empresas, de los profesionales, de los grupos de investigación, de las corporaciones locales, de las ONGS. El resultado es una dinamización de nuestra sociedad y un enriquecimiento de nuestro tejido social. Gran Canaria está creciendo porque sumamos proyectos de transformación reales con la cualificación y especialización universitarias adecuadas.
Con las raíces y los cimientos de lo construido, nos queda el reto de ganar el futuro. El mejor homenaje en este 30 aniversario de la creación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria es renovar el compromiso de consolidar la calidad, la excelencia, la producción de nuestra universidad en beneficio del desarrollo y la cohesión de la sociedad canaria. El Cabildo de Gran Canaria estuvo, en los inicios universitarios, en la defensa de su extensión y hoy está implicado en el aprovechamiento de todas las potencialidades que la comunidad universitaria puede ofrecernos. Enhorabuena por este feliz cumpleaños.
Antonio Morales Méndez
Presidente del Cabildo de Gran Canaria