Celebramos hoy el 540 aniversario de la fundación de Las Palmas de Gran Canaria, nuestra capital atlántica, referente para todos los canarios y canarias por su capacidad para emprender, para acoger, para construir. A lo largo de la historia y aprovechando las condiciones incomparables del puerto de La Luz y el carácter amable de su gente, ha sabido constituirse como una capital cosmopolita, hospitalaria, abierta a la cultura de tres continentes e inagotable en la defensa de sus derechos.
Después de la conquista, nuestra ciudad se hace protagonista de las ansias renacentistas española y europea de ir más allá de los límites del continente. En este cruce de caminos surge la figura de Cristóbal Colón y tantos otros y toda la atención centrada en el Mediterráneo se traslada hacia el llamado “mar tenebroso”, hacia el sonoro Atlántico. Y esta ciudad y Gran Canaria se convierten en la plataforma de la era de los descubrimientos. Entendemos así mejor que nuestro carácter vanguardista y multicultural nos viene de ser adelantados de los nuevos tiempos y del nuevo mundo.
El Real de las Tres Palmas, origen de nuestra capital, creó el modelo de la plaza mayor que se instauraría en Hispanoamérica, de este modo, su casco histórico sirvió de modelo para las nuevas ciudades americanas. Y después, el 20 de diciembre de 1494, fue reconocida la lejanía geográfica de este territorio con la concesión del Fuero Real, la primera autonomía fiscal otorgada más allá del continente. Y en la configuración del poder insular tiene gran importancia que se cree por Carlos I, en Las Palmas de Gran Canaria, en 1526, la Real Audiencia de Canarias: un tribunal con competencia en todas las islas para causas civiles y criminales. Supone el afianzamiento de la autoridad regia en el Archipiélago y define el papel central de nuestra isla en la estructura política de Canarias.
La colonización y la conquista de América impulsaron la puesta en producción de los recursos de la capital y de la isla. Pero también atrajeron la atención y la ambición de otras potencias, lo que dio lugar a ataques como los de Hawkins, Drake y Van der Does, cuyas flotas alcanzaron éxitos combatiendo contra la Armada Invencible, pero vivieron la derrota en nuestras aguas en los enfrentamientos bélicos más importantes producidos en las Islas Canarias por el número de tropas movilizadas.
Muy pronto entendimos que nuestro futuro estaba ligado a la libertad comercial y a unas condiciones singulares que no podían asociarse a las que se utilizaban en el continente. Así se consiguió el Reglamento Real de 1718. Vendrían después la Ley de Puertos Francos, la construcción del Puerto de La Luz en 1883 y la aparición de una burguesía comercial…
Una ciudad que durante siglos ha ido forjando una personalidad diversa y mestiza, cantada y mitificada por poetas como Cairasco de Figueroa, Tomás Morales, Alonso Quesada, Víctor Doreste, Saulo Torón, los hermanos Millares o Padorno; descrita de manera realista por novelistas contemporáneos como José Luis Correa o Alexis Ravelo; o convertida en plató de cine para producciones internacionales.
Las Palmas de Gran Canaria se ha consolidado en el siglo XXI como una capital moderna, dinámica, vanguardista. Hoy resulta atractiva para inversores, para promotores culturales, para investigadores, para deportistas, para profesionales de cualquier condición, para artistas y cineastas. Esta consolidación de la ciudad es decisiva para el liderazgo de Gran Canaria y los datos esperanzadores que conocemos, relacionados con el empleo, la emprendeduría o la confianza empresarial, nos dicen que remamos en la buena dirección.
En los últimos años, el Cabildo de Gran Canaria ha realizado una apuesta indiscutible por avanzar junto al Ayuntamiento de la capital, la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y los sectores sociales y económicos de progreso, en la modernización de infraestructuras, programas e iniciativas que afiancen el papel decisivo que nuestra capital tiene como motor socioeconómico de la isla y de Canarias. En estos tres últimos años la inversión directa o en instalaciones insulares localizadas o previstas en la ciudad sobrepasan los 100 millones de euros. Es un compromiso que engrandece a Gran Canaria.
Hubo un tiempo en que parecía que Cabildo y ciudad vivían de espaldas. Se decía que las competencias del Cabildo estaban orientadas principalmente hacia el mundo rural. Afortunadamente ese tiempo ya pasó. La oferta cultural, deportiva, económica, formativa… que el Cabildo promueve tiene en cuenta el efecto multiplicador de Las Palmas de Gran Canaria y al mismo tiempo favorece distintos polos de desarrollo en las diferentes comarcas para favorecer una diversificación imprescindible encaminada a hacernos sostenibles.
Considero que hay dos claves políticas que están contribuyendo a este tiempo de restablecimiento del liderazgo de nuestra capital. Una es la voluntad de colaboración, de entendimiento entre Cabildo y Ayuntamiento que se ha ampliado a todos los agentes decisivos en la planificación y gestión de la ciudad. Esta voluntad se traduce en acuerdos en el Plan de Cooperación, la distribución del Fondo de Desarrollo de Canarias, que nos permitió anteponer la unidad de la isla frente a intereses externos, o la coincidencia en el convenio de carreteras. Con estos ejemplos, no hacemos sino sumar esfuerzos en una misma dirección, que es el progreso de la isla y de su capital.
El otro factor fundamental está en la defensa que el Cabildo insular está haciendo en pro de los derechos de Gran Canaria en la distribución injusta de recursos y poder por el gobierno de Canarias. En la medida que defendemos la isla, la capitalidad de Las Palmas de Gran Canaria queda reforzada.
La acción del Cabildo en la ciudad está consolidando una propuesta que interesa a todos los grancanarios durante los últimos años y al mismo tiempo está abriendo nuevos compromisos que hablan de calidad de vida. Podemos comentar algunos ejemplos: la oferta cultural ya sea gestionada directamente o apoyada económicamente por el Cabildo de Gran Canaria que se concreta en la programación teatral, musical (en todos los niveles: sinfónica, operística, popular) museística, audiovisual o plástica, que está ganando en relevancia y suponen un atractivo indiscutible para la ciudadanía.
Lo mismo cabría decir con la propuesta deportiva que suma a unas infraestructuras de primer nivel una programación que nos consolida como isla europea del deporte. La mejora de la calidad de vida en nuestros barrios ha ocupado la mayor parte del Plan de Cooperación que ha duplicado los fondos respecto al mandato anterior.
Gran Canaria está avanzando hacia la sostenibilidad y la capital se beneficia de una isla verde que recupera su paisaje, apuesta por las energías limpias, aumenta el consumo de productos de nuestra tierra y con ello se refuerza la soberanía alimentaria. El nuevo tiempo incluye el desarrollo de un turismo sostenible de ciudad, de una economía circular que aprovecha nuestros recursos al mismo tiempo que abre nuevas áreas de producción como la economía azul que emplea la riqueza de nuestro mar. Las Palmas de Gran Canaria también debe ser la capital de la ecoisla que defendemos y hacia donde nos reclama cada día más la ciudadanía para que nos dirijamos a ella con decisión.
Para alcanzar ese sueño que está a nuestro alcance tenemos que avanzar en cuatro retos urbanos que ya hemos iniciado o que compartimos con los regidores municipales. Tenemos que reducir los grupos de personas que viven en la pobreza o la exclusión social y tenemos que hacerlo aumentando las oportunidades y no solo los programas asistenciales. Estamos decididos a colaborar en potenciar la movilidad sostenible con la mejora del transporte público y la introducción de los vehículos eléctricos. Una capital verde tiene que generalizar un tratamiento de residuos que evite contaminar y a la vez los aproveche en le generación de nuevas energías. Y además en los próximos años podemos avanzar en la sustitución del uso de energías fósiles que tanto dañan a la salud y perjudican el bienestar general. Por eso, desde el Cabildo rechazamos la propuesta de imponer la regasificación de la ciudad que nos haría retroceder varias décadas.
Se está abriendo un nuevo diálogo entre la capital y la isla. No compiten sino que se complementan. Una cabeza activa, vanguardista que nutre de iniciativas y de apoyo a un territorio diverso y maravilloso en el que se ensamblan 21 municipios hermanados en un proyecto común. Y a su vez una producción diversificada que fluye hacia una población que necesita servicios y productos de calidad desde el mar hasta la cumbre.
Una isla equilibrada es la mejor noticia que podemos aportar. Para ese equilibrio la ciudad tiene que ser capital de una isla viva. Funcionamos como vasos comunicantes, el pulmón verde que Gran Canaria cultiva es esencial para una ciudad que quiere ser sostenible.
Tenemos razones para aprovechar la fiesta del aniversario de la fundación de nuestra capital para celebrar los grandes acontecimientos que hemos disfrutado en ella y para renovar el compromiso de lucha incansable por el bienestar de quienes la disfrutamos y compartimos. Les animo a festejarlo.
Antonio Morales Méndez
Presidente del Cabildo de Gran Canaria