Estamos en una situación social y económica que no solo es difícil sino inédita. Lo que empezó como una crisis sanitaria se ha convertido en una crisis general que afecta a todas las facetas de la vida. Para salir de la actual situación es necesaria la colaboración y la implicación de todas las personas.
Por eso creo que es importante huir tanto de la autocomplacencia como del derrotismo y el pesimismo. Reconocer la gravedad del momento y la situación de extrema necesidad que está atravesando gran parte de la población de Gran Canaria no debe ser un impedimento para transmitir un mensaje de confianza en el futuro, porque contamos con un modelo de transformación económica que es el adecuado para salir de la crisis y porque hay algunas señales que nos permiten albergar cierto optimismo.
Y es que los datos dicen que Gran Canaria está resistiendo mejor que el resto del archipiélago, lo que en parte es consecuencia de las medidas paliativas y de inversión que está aplicando el Cabildo y los municipios grancanarios, así como la ejecución de muchos de los proyectos en los que veníamos trabajando tiempo atrás. Y desde luego, del impulso de una sociedad civil emprendedora. La pérdida de empleo en nuestra isla es un 5% inferior a la del conjunto de Canarias, mientras que la caída de turistas es de 2 puntos menos. El índice de confianza empresarial se ha reducido en Gran Canaria casi un punto menos que en el resto de Canarias y el descenso del tráfico de mercancías es un 4% inferior.
Parece evidente que estos datos guardan alguna relación con que en estos momentos estamos en el proceso de ejecución, licitación o preparación para hacer realidad las iniciativas de un plan de inversiones para el conjunto de la isla de más de 500 millones de euros incluidos en propuestas como las del FDCAN, planes de cooperación, planes de inversión de los dos últimos ejercicios, plan de inversión COVID-19, financiación de otras administraciones, etc. Un esfuerzo inversor sin precedentes en la institución insular.
Como ya reseñé en el artículo de la semana pasada, el presupuesto inicial para 2020 ascendía a algo más de 780 millones de euros pero, después de las modificaciones presupuestarias realizadas, ascendió a más de 1.007 millones lo que supone un incremento del 29,1%. Esto ha sido posible porque desde el inicio de la pandemia se tomó y aplicó la decisión política de utilizar los remanentes de tesorería y el superávit y adoptar las medidas sociales necesarias para atender a los colectivos más afectados por la pandemia.
Y esta determinación se asumió a pesar de que el Gobierno de España todavía no había adoptado ninguna decisión sobre cómo se podían utilizar los remanentes y superávits por los cabildos insulares ni por el resto de administraciones, aunque posteriormente, como era lógico y nosotros habíamos adelantado, se suspendieron las reglas fiscales para permitir a las instituciones autonómicas, insulares y locales actuar con todos los recursos posibles contra la crisis.
Pero no se trata solo del gasto y la inversión para contener la pandemia y sus consecuencias, algo que en estos momentos están haciendo todos los gobiernos de Europa. Se trata de la orientación de esas políticas, ya que el Cabildo está volcado en atender a las personas y organizaciones más vulnerables al tiempo que siembra las condiciones para consolidar la ecoisla con justicia social, dinamismo económico, innovación y conocimiento, que es la mejor manera de prevenir futuras crisis.
El primer pilar del futuro de Gran Canaria pasa por mejorar y aumentar los servicios públicos esenciales. Para eso estamos desarrollando un plan de infraestructuras sociosanitarias, al que destinamos cuarenta millones de euros, que va a crear en la isla 947 plazas residenciales y 177 plazas en centros de día, un total de 1.124 plazas para personas con dependencia y/o discapacidad. Vamos a destinar asimismo nueve millones de euros para la promoción de viviendas que garantice el acceso a este recurso y otros tres millones y medio para la adquisición de recursos alojativos para mujeres y menores víctimas de violencia de género.
El segundo es lo que llamamos ecoisla, que no es más que generar un modelo de desarrollo sostenible que luche contra el cambio climático. En ese sentido la gestión del binomio agua-energía aparece como prioritaria para el futuro de la isla. Por ello destinamos 66 millones de euros que vamos a invertir en parques eólicos y solares que generarán el 75% de la energía que consume el Cabildo de Gran Canaria y ahorrarán 76.000 toneladas de CO2 y 28.000 toneladas de petróleo. Y 18 millones al Plan Renovagua para reducir la dependencia energética y económica de las plantas de desalación y depuración, disminuyendo en un 40% el uso de energías fósiles en la producción y distribución de agua. Agua, energía, conocimiento, economía azul, economía circular, movilidad sostenible, lucha contra el cambio climático… sostienen gran parte de nuestra propuesta de inversiones.
Para avanzar en soberanía alimentaria estamos implementando un plan de riegos con el fin de garantizar agua a un precio razonable en medianías y cumbre, subvencionando la recuperación de tierras de cultivo abandonadas y mejorando la distribución y comercialización de productos locales a través del mercado digital “Gran Canaria Me Gusta”. Desde el punto de vista medioambiental invertimos en la mejora de la prevención de incendios así como en la reforestación (especialmente con la recuperación de la laurisilva) y la captación de lluvia vertical. Destaca asimismo el proyecto “La Cumbre Vive”, dotado con 5 millones de euros de inversión en infraestructuras hídricas, sector primario y energías renovables para convertirse en un modelo de desarrollo sostenible.
Pero ninguna de estas políticas es posible sin una isla emprendedora, que genera economía y se transforma y que constituye nuestro tercer eje. Vamos a destinar 15 millones de euros a mejoras de infraestructuras en los principales núcleos turísticos de la isla, con el objetivo de avanzar en sostenibilidad, accesibilidad y promoción de producto local en lugares turísticos. En este sentido cabe destacar el Plan de Sostenibilidad Turística para el Patrimonio Mundial de Risco Caído y la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria, que nos ha permitido captar 2,5 millones de euros del Ministerio de Turismo y el Gobierno de Canarias, a los que se sumarán otros dos millones de fondos propios para crear un modelo de referencia en España.
La industria y el comercio tienen que jugar un papel fundamental en la diversificación económica insular por lo que invertiremos 5 millones de euros en la modernización y la competitividad de los polígonos industriales y las zonas comerciales abiertas, así como los 1,6 millones que ya están en ejecución (serán 14 en total) para explotar el potencial pesquero, científico y deportivo del muelle de Taliarte. El Cabildo también impulsa el Parque Tecnológico de Gran Canaria-Área Experimental de Economía Circular, situado en Gáldar que aspira a convertirse en un polo de innovación y generación de empleo para el norte de la Isla.
Y tan importante como todo lo anterior es reafirmarnos como una isla orgullosa de su identidad fuertemente anclada en los valores democráticos. El auge de los discursos de odio de la mano de la extrema derecha está poniendo en riesgo nuestras democracias y la globalización amenaza con la desaparición de culturas como la canaria. Por eso además de avanzar en un modelo turístico que sirva como ventana al mundo de nuestra cultura, entre otras acciones, hemos consignado casi 4 millones de euros para el nuevo museo de bellas artes (MUBEA).
Desde el área de patrimonio histórico se va a llevar a cabo una renovación de los Centros de Interpretación del Patrimonio Cultural para mejorar y modernizar la difusión de nuestra historia, el legado de nuestros antepasados y las manifestaciones culturales que explican cómo somos. Y seguiremos invirtiendo y apostando por los procesos y herramientas participativas para la implicación de la sociedad en la toma de decisiones y la democratización de la gestión pública.
Por supuesto el objetivo transversal a todas estas medidas es contribuir a solucionar el principal problema de Gran Canaria y el conjunto del archipiélago: el desempleo. Son todas medidas destinadas a generar trabajos de calidad, vinculados a la lucha contra el cambio climático y el desarrollo sostenible. Además la Consejería de Empleo invierte 2 millones de euros en la mejora de los equipamientos e instalaciones para la formación y el empleo e impulsa todo tipo de iniciativas ligadas a la mejora de la empleabilidad de nuestra población.
A nadie se le escapa que vivimos momentos muy duros y los que tenemos responsabilidades públicas sufrimos por no poder llegar con más celeridad a todas las personas que lo están pasando mal y necesitan ayuda. Pero si queremos mejorar los datos estructurales de pobreza, paro y precariedad tenemos que ser capaces de pensar en la isla que queremos dentro de 10 o 15 años y dar pasos concretos en esa dirección. Y Gran Canaria cuenta por primera vez con un proyecto de desarrollo sostenible compartido por una mayoría social e institucional que está dando resultados y nos permitirá salir de esta crisis en mejores condiciones.
Antonio Morales Méndez
Presidente del Cabildo de Gran Canaria