El próximo viernes 27 de septiembre la ciudadanía de todo el planeta está convocada a la Huelga Mundial por el Clima, que solo en España es apoyada por más de 300 organizaciones. Se trata de un acontecimiento sin precedentes que no tiene parangón en la historia de la humanidad. El cambio climático nos obliga a replantearnos las bases de nuestro modo de vida, una transformación a gran escala que, sin embargo, debemos comenzar desde lo más cotidiano.
Llevo defendiendo desde hace muchos años un nuevo modelo energético para esta tierra, basado en las renovables, como principal estrategia para luchar contra el cambio climático. Mis reflexiones han quedado plasmadas con mayor profundidad en los libros “Nos Faltan Luces. Reflexiones sobre un nuevo modelo energético” y “Energía, poder y clima”. Es más, mi oposición frontal al gas como enemigo de la transición para la penetración de las renovables me ha supuesto numerosos embates de los poderes fácticos.
He manifestado también desde hace mucho tiempo la necesidad de afrontar un nuevo modelo económico sostenible para plantar cara a los peligros del cambio climático, sobre cuyos riesgos y afecciones a las islas he escrito y advertido también desde siempre. El proyecto de trabajo con el que me presenté al Cabildo de Gran Canaria está sustentado en un nuevo concepto global de ecoisla, que contempla el desarrollo sostenible y la lucha contra el calentamiento global.
En estos cuatro años hemos avanzado en Gran Canaria a través de políticas destinadas a la consecución de la soberanía energética y alimentaria, en relanzar la reforestación de la isla, la protección medio ambiental, la economía circular y el reciclaje, los sectores económicos vinculados al mar (la llamada economía azul), la soberanía hídrica y el ciclo integral del agua y la innovación aplicada a la lucha contra el cambio climático. Además, hemos elaborado una estrategia en esta materia.
Y no son promesas ni palabras vacías, sino hechos contrastables. La Audiencia de Cuentas acaba de publicar un “Informe de fiscalización de la adaptación de los cabildos insulares al cambio climático” en el que se refleja que el Cabildo de Gran Canaria es el que mejor ha hecho esta tarea. De las cinco “actuaciones preparatorias” para la adaptación al cambio climático auditadas, el Cabildo de Gran Canaria es la única que ya ha puesto en marcha 3 y tiene otras 2 en proceso de ejecución.
El informe también afirma que Gran Canaria y Tenerife son los únicos que están coordinando a los ayuntamientos para la aplicación del “Pacto de los Alcaldes para el Clima y la Energía de la Unión Europea”, y que somos la única institución insular que ha considerado los efectos del cambio climático en su plan de ordenación insular. Por supuesto tenemos mucho que mejorar y avanzar, pero nadie puede negar que estamos avanzando y somos la vanguardia de estas políticas en las islas.
Ahora sin embargo parece que algunos han “inventado la pólvora”: miran al mundo rural, a las renovables, a la soberanía alimentaria y dicen que hay que empezar a hacer lo que venimos aplicando desde hace tiempo. Incluso reconocidos “depredadores del territorio” han intentado dar lecciones sobre estos temas en las últimas semanas. Por supuesto es un éxito que ahora formen parte del debate público y político, y casi todos los partidos asuman postulados que defendemos desde hace décadas. Sean bienvenidos y bienvenidas, aunque también pienso que tendrían que haberse sumado mucho antes.
Hay una conocida máxima ecologista (“Piensa globalmente, actúa localmente”) que nos anima a tomar medidas en nuestro entorno más inmediato como vía para solucionar los problemas globales. Es una filosofía que encaja perfectamente en la política que estamos siguiendo en el Cabildo de Gran Canaria. Somos conscientes, con toda la humildad, de nuestra realidad de pequeño territorio insular de menos de 900.000 habitantes, pero tenemos las potencialidades para convertirnos en un ejemplo de sostenibilidad y lucha contra el cambio climático y estamos actuando para ello.
Como expliqué al inicio del artículo, el objetivo prioritario es cambiar nuestro modelo energético transitando hacia uno basado en renovables, dado que el uso de energías fósiles es la principal fuente de emisiones. Para ello hemos impulsado el proyecto de la central hidroeléctrica de Gran Canaria Chira-Soria con todas las garantías ambientales y paisajísticas necesarias. La potencia instalada renovable actual alcanza los 150 MW y con la nueva central, se alcanzarán los 350 MW (aproximadamente el 60% de la demanda punta de la isla), permitiendo una reducción considerable de las emisiones. Además, se podrán desmantelar los grupos diésel que son la mayor fuente de contaminación energética por las emisiones de CO2.
Vamos a potenciar las líneas de subvenciones para promover el autoconsumo de fotovoltaica en viviendas, comunidades de vecinos y pymes que ya pusimos en marcha en el pasado mandato con el objetivo de llegar allí donde haya una cubierta, techo o espacio idóneo para la instalación de energía fotovoltaica. Porque el cambio de modelo energético también tiene que llevar aparejado la democratización de la producción de energía. Pero el Cabildo también debe dar ejemplo y por eso nos comprometemos a impulsar la energía fotovoltaica de manera significativa en las cubiertas y techos del Cabildo durante este mandato. E igualmente le daremos continuidad a los estudios de potencial geotérmico de la isla.
La coordinación del Pacto de los Alcaldes seguirá siendo una prioridad, para elaborar a través del Consejo Insular de la Energía un Plan de Acción por el Clima y la Energía Sostenible del Cabildo para alcanzar lo antes posible el objetivo 27-40-27, es decir, un 27% menos de consumo energético, 40% menos de emisiones de CO2 y un 27% más de energías renovables establecido para el 2030 por la UE. También estamos apoyando a las corporaciones locales, poniendo los recursos humanos y presupuestarios para que los ayuntamientos junto al Gobierno de Canarias y otras instituciones estatales y europeas puedan llevar a la práctica las actuaciones previstas en los Planes de Acción por el Clima.
El desarrollo de un Plan Insular de Adaptación al Cambio Climático incluirá el análisis de los riesgos de incendios forestales o inundaciones, las infraestructuras críticas y su posible afectación por los efectos del cambio climático y la planificación de las medidas oportunas para minimizar o eliminar los riesgos. En este sentido ya estamos en el periodo de información pública del plan de inundaciones.
Como ya he explicado en otras ocasiones, el cambio climático también es una oportunidad para convertir a Canarias en un centro de innovación y en este sentido es importante la constitución de un organismo denominado Canary Islands Centre of Excellence on Climate Change, participado por la Secretaría Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, el Ministerio para la Transición Ecológica, Gobierno de Canarias, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y el propio Cabildo. El centro diseñará y desarrollará acciones de adaptación y mitigación en materia de cambio climático sobre territorios insulares y costeros de la región macaronésica y asesorará en la transición hacia una sociedad baja en carbono.
Pero no debemos olvidar que la lucha contra el cambio climático también es una tarea colectiva. El ahorro y la eficiencia energética, el autoconsumo de los productos locales, consumir solo lo que necesitamos, reciclar, ensuciar menos nuestro entorno, hacer un uso menos intensivo del coche, etc. son cuestiones cotidianas en las que cualquier persona puede colaborar y que son fundamentales para avanzar hacia la sostenibilidad y luchar contra las consecuencias del calentamiento global.
Decía la influyente intelectual Naomi Klein en su libro sobre el cambio climático “Esto lo cambia todo” que “hay formas de evitar este desalentador futuro o, cuando menos, de hacerlo mucho menos aciago. El problema es que todas ellas implican también cambiarlo todo. Para nosotros, grandes consumidores, implica cambiar cómo vivimos y cómo funcionan nuestras economías, e incluso cambiar las historias que contamos para justificar nuestro lugar en la Tierra. La buena noticia es que muchos de esos cambios no tienen nada de catastróficos. Todo lo contrario: buena parte de ellos son simplemente emocionantes”.
Por todo ello animo a la ciudadanía de Gran Canaria a participar en la Huelga Mundial por el Clima y en las movilizaciones que tendrán lugar durante toda la semana y en particular el viernes 27 de septiembre. También quiero felicitar a las organizaciones convocantes y colaboradoras y al tremendo impulso que ha dado la juventud, en su mayoría estudiantes que llevan meses movilizándose. Nos muestran la posibilidad de un futuro de esperanza que como decía Klein, transformará el catastrofismo en emoción. En Gran Canaria estamos en ese camino y deseo que lo recorramos juntos.
Antonio Morales Méndez
Presidente del Cabildo de Gran Canaria