LA APICULTURA Y EL MEDIO AMBIENTE

Con más de 300 explotaciones apícolas y casi 11.000 colmenas activas, Gran Canaria es una de las zonas de España con mayor densidad de explotaciones por kilómetro cuadrado. Tal y como ocurre en otros ámbitos de la ganadería, para hacer frente a los nuevos requisitos ambientales y de bienestar animal exigidos, las granjas apícolas deben contar con personas altamente cualificadas que posean básicamente tres características: conocimientos, capacidad y actitudes específicas frente al trabajo de la explotación.

La importancia de la apicultura también viene determinada por el crucial papel medioambiental que cumplen las abejas y que está seriamente amenazado. Estos insectos utilizan el polen y el néctar de las flores para alimentar y producir miel, en un proceso que las convierte en las principales responsables de la polinización. Pero es que además en algunos casos, como sucede en Canarias, hay abejas que recogen polen de solo algunas plantas específicas, siendo por tanto fundamentales para la supervivencia de muchas especies de flora autóctona, lo que las convierte en un elemento clave tanto para la conservación de la biodiversidad como para la agricultura. Son imprescindibles para la cadena alimentaria.

Estamos en un momento en el que se está produciendo un brusco descenso de la población mundial de este insecto. Los pesticidas, el cambio climático, las especies invasoras o la contaminación están afectando a su supervivencia. Este proceso es especialmente grave en Canarias y en Gran Canaria, que cuenta con especies endémicas que están siendo desplazadas por la llegada de otras variedades foráneas. En algunos casos, estas especies son depredadoras y muy agresivas, lo que está provocando cambios de comportamiento en nuestras abejas vernáculas, en general muy mansas pero que se están volviendo agresivas como mecanismo de defensa.

En el blog de divulgación ambiental “Abejas de Canarias” se afirma que Gran Canaria es la isla con mayor diversidad de especies de abejas, con 73 especies diferentes, de las que 52 son compartidas con Tenerife. Tenemos una enorme diversidad que proteger, conservar y divulgar. Además, la apicultura es también una fuente de desarrollo sostenible para medianías y cumbres en las que se concentran las colmenas.

Con la idea de potenciar el sector en la isla nació en el año 2018 el proyecto de Escuela de Apicultura de Gran Canaria. Tras tres ediciones y un total de 148 solicitudes de participación, se han capacitado hasta la fecha 34 personas (12 mujeres y 22 hombres). Cada vez más, estos estudios despiertan interés más allá de nuestras fronteras, con solicitudes de alumnos y alumnas que provienen no solo de otras islas o de la Península, sino de países como Polonia o Italia.

Hace unas semanas inauguramos las nuevas instalaciones de este centro de formación. Con una inversión cercana a los 300.000 euros hemos recuperado un edificio que se encontraba en ruinas en medio de un entorno catalogado como suelo de protección natural.

La ubicación de la Escuela de Apicultura es, seguramente, la ideal para este tipo de estudios: cercana a la Granja Agrícola del Cabildo y a la Facultad de Veterinaria y con una flora que permite la supervivencia de las colmenas que sirven de apoyo para las prácticas y, a la vez, está también suficientemente alejada como para no crear molestia alguna a los usuarios de las oficinas, estudiantes o ciudadanía en general. Esta escuela ha sido posible gracias a la inestimable colaboración de la ULPGC, especialmente de los catedráticos Anselmo Gracia y Antonio Fernández y el veterinario Pablo Pérez Acosta ya que sin su implicación este proyecto no hubiera dado los resultados esperados.

Esta acción es el emblema del Plan Insular de Fomento de la Apicultura, que incluye un amplio rango de actuaciones como el convenio firmado con la ULPGC para la mejora genética de la abeja Negra Canaria que empezará a dar sus frutos muy pronto, con la inminente campaña de cesión de abejas reinas que pretende reducir el nivel de hibridación de las abejas de Gran Canaria en pro de su supervivencia.

Asimismo hemos creado y potenciado la Marca de Garantía, Gran Canaria Calidad para la Miel de Gran Canaria, a la que desde el año 2013 se han adscrito un total de 13 apicultores. En esta línea, gracias al trabajo desarrollado por el Laboratorio Agroalimentario y Fitopatológico del Cabildo de Gran Canaria y con el fin de garantizar su calidad, también implantamos el servicio de análisis de la miel. Se trata de un servicio gratuito para el apicultor que le permite analizar un lote de miel tanto desde el punto de vista fisicoquímico como polínico.

Igualmente contamos con una línea de subvenciones anuales para el sector apícola destinadas a cubrir gastos de funcionamiento y gastos relativos a formación y a otras acciones. Este año hay presupuestados 60.000 euros en 4 líneas de concurrencia competitiva. Por último, cada año se realiza el Concurso Oficial de Cata, un gran escaparate para dar a conocer las mieles producidas en la isla.

El incendio de 2019 afectó a muchas colmenas y desde entonces se articularon tres medidas de apoyo a la apicultura. Las dos primeras, la compra de alimento para las colmenas y la adquisición de cera, fueron ejecutadas en un breve periodo de tiempo. Pero la tercera medida, de mayor calado, fue la reposición de gran parte de las colmenas quemadas con la cesión de núcleos elaborados por el Cabildo de Gran Canaria, en colaboración con la ULPGC. Desde esa fecha, se han entregado un total de 600 núcleos a los 21 apicultores afectados por el incendio. Se trata de una actuación de gran complejidad ya que estas pequeñas colmenas dependen en gran medida del ciclo natural de las abejas.

Junto con la inauguración de las nuevas instalaciones de la Escuela, ese día culminamos el proceso con la entrega del último núcleo a Antonio Eulogio Rodríguez Mendoza, una de las personas damnificadas que con más de 450 colmenas es uno de los apicultores con mayor producción de Canarias.

El plan de apoyo a la apicultura y su nueva Escuela son la vía para el fomento de una actividad referente para el nuevo modelo de desarrollo ecosocial que impulsamos para Gran Canaria. En ella confluyen desarrollo económico en medianías y cumbres, protección medioambiental, formación, innovación y desarrollo y fomento del producto local de calidad. Tenemos el convencimiento de que esta combinación es clave para garantizar un futuro de bienestar para la isla.

Antonio Morales Méndez

Presidente del Cabildo de Gran Canaria

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