El pleno ordinario del Ayuntamiento de Agüimes celebrado ayer aprobó una moción presentada por Roque Aguayro en la que se rechazaba la consideración de los “deportes” electrónicos como deportes en la nueva Ley Canaria del Deporte.
El presidente del Gobierno de Canarias anunciaba la inclusión de los “deportes” electrónicos en la futura Ley Canaria del Deporte, que sustituirá a la vigente desde 1997 porque “debe ser considerada y regulada como el resto de competiciones” y suponen “una gran oportunidad económica”, decía.
Para analizar al deporte actual es necesario conocer cuáles son los rasgos caracterizadores que les son propios, singulares y pertinentes, con los que es posible definir qué es deporte y qué no. Una actividad motriz, para que pueda ser considerada como deporte, precisa que en su estructura estén presentes de los siguientes rasgos: una gestualidad o técnica; un espacio y materiales característicos; un tiempo motor reglamentado y de dinámica de la acción; una comunicación motriz o interacción entre participantes; la puesta en juego de una estrategia motriz o táctica para el desarrollo de la situación de juego o situación motriz, así como un sistema equilibrador, emanado del reglamento de juego, que pone a los jugadores en igualdad de condiciones. Convirtiéndose así el deporte en patrimonio cultural de los pueblos, alguno de ellos universalizados.
Por lo tanto, para el desarrollo de la acción de juego, es necesaria la intervención de la persona que juega con el ejercicio de su motricidad, en el que necesariamente deben estar presentes “aquí y ahora”: su capacidad de ejecución motriz, su afectividad, su intencionalidad y, de manera singular, la significación práxica de sus acciones, orientadas hacia el logro del objetivo motor del juego. En el deporte, todas las acciones que la persona jugadora realice las hace en esa realidad nada virtual, sino profundamente práxica y vinculante que combate el sedentarismo y la obesidad, entre otros.
Se requiere entonces en el deporte de métodos de enseñanza-aprendizaje específicos, de sistemas de entrenamiento singulares, de espacios y materiales propios y en algunos casos de personas que arbitren.
El deporte, esa situación motriz de competición reglada e institucionalizada, por lo general de carácter lúdico, no puede confundirse con juegos de cartas, damas o videojuegos, sencillamente, porque no lo son. Sin negar su necesaria regulación en leyes específicas.