El Cabildo de Gran Canaria ha expresado siempre su apoyo decidido a las víctimas y familiares de la represión franquista porque entiende que esta sociedad democrática debe reparar el daño que hizo la dictadura, asesinando a personas inocentes, rompiendo familias, desapareciendo a personas por el único delito de ser defensores de la justicia y la libertad. La memoria histórica es el compromiso que tenemos los demócratas de hoy para con las personas desaparecidas violentamente y con sus familias para conocer y dar a conocer las circunstancias en las que fueron asesinadas y devolver a sus seres queridos sus cuerpos y toda la información posible. La memoria histórica es la respuesta actual de solidaridad, de justicia, de búsqueda de la verdad, de reparación y de condena de todas las atrocidades de la dictadura.
El Cabildo de Gran Canaria entiende que conociendo los atropellos cometidos se recupera la valoración pública de las personas asesinadas y se transmite a la sociedad una imagen de condena y de rechazo sin paliativos del franquismo. Que es necesario comprometernos y no permanecer ajenos. Asumimos que el derecho a la memoria corresponde al conjunto de la sociedad. Por ello, la búsqueda, recuperación e identificación de represaliados no debe ser una tarea que se dirija solo a satisfacer las justas demandas de familiares y personas cercanas a los perseguidos, sino que debe repercutir en el conjunto de la ciudadanía. Todos debemos sentirnos familias, compañeros, ciudadanos comprometidos con su legado…
Y ser conscientes de que cuando el olvido permanece se convierte en desmemoria del pasado reciente para las nuevas generaciones. La mejor manera de evitar en el presente y el futuro la barbarie del pasado es tener memoria, tener siempre presente la crueldad de la represión y la violencia contra los derechos y las libertades y a las personas que murieron defendiéndolos; para evitar que existan tentaciones totalitarias; para impedir que se repitan, para honrar a estos héroes anónimos…
En España existen 2.382 fosas censadas y se apunta una cifra de unos 114.000 desaparecidos en el período de tiempo que comprende la contienda civil. En Canarias no hay datos definitivos (se han planteado cifras de hasta 3.000 desaparecidos). Los nombres de 500 desaparecidos en nuestro archipiélago, cotejados documentalmente, se han remitido a la Audiencia Nacional para su investigación. En nuestro archipiélago se han exhumado los restos óseos de 37 personas (todos hombres): 24 en Arucas y 13 en La Palma (a los que hay que sumar los restos de al menos cinco personas representados por diversos huesos levantados de la Sima de Jinámar. En Gran Canaria, identificadas como fosas, conocemos los pozos de Arucas (Llano de las Brujas, Pozo de Tenoya, Barranco de Arucas y Vuelta del Francés) y la Sima de Jinámar.
En coherencia con esta posición política, el Cabildo de Gran Canaria está comprometido, en colaboración con las asociaciones de memoria histórica y con las familias, a investigar todas las situaciones y lugares que familiares y expertos aconsejan esclarecer. En esta legislatura estamos trabajando en la investigación de lo sucedido en el cementerio de Las Palmas de Gran Canaria, en la sima de Jinámar y en el pozo de Tenoya que visitamos hace unas semanas para conocer los últimos descubrimientos.
Con respecto a la búsqueda de la verdad en el cementerio de Vegueta, ya están iniciados los trabajos para localizar, exhumar y en su caso devolver a las familias los cuerpos de las personas anónimamente enterradas. Este proyecto se realiza junto con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que aporta un grupo de profesores expertos para todo el trabajo técnico. Se ejecuta esta investigación en colaboración estrecha con la Asociación de Familiares de los Fusilados de San Lorenzo.
Igualmente, en estos momentos, el Cabildo de Gran Canaria está en proceso de elaboración de un acuerdo con el Consorcio de Emergencias de Gran Canaria para que proporcione la cobertura técnica y de seguridad para el descenso de personal cualificado de la Consejería de Cultura a la Sima de Jinámar. Se pretende hacer una valoración particular del estado de conservación de este Bien de Interés Cultural y evaluar sobre el terreno las posibilidades del desarrollo de trabajos de exhumación en su interior.
Y estamos trabajando también intensamente en el denominado Pozo del Barranco de Tenoya que forma parte del Bien de Interés Cultural, Sitio Histórico, Pozos de los desaparecidos durante la Guerra Civil. El expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural se inició, a petición del Ayuntamiento de Arucas, en el año 2005.
Se localiza en el mismo cauce del Barranco de Tenoya, en las cercanías del puente del mismo nombre, a unos 130 metros sobre el nivel del mar. Según los datos disponibles se trata de una obra hidráulica, con una profundidad no superior a los 100 metros, cuya construcción debe remontarse a fechas previas a 1924.
La información oral disponible hasta el momento señala este lugar como uno de los pozos en los que fueron arrojados los cuerpos de represaliados en Gran Canaria, en concreto entre fines de marzo y principios del mes de abril de 1937 (como también se ha documentado en otros enclaves del municipio de Arucas, como el Pozo del Llano de las Brujas). Las especiales circunstancias de esta obra hidráulica (agua en el interior, dimensiones, cambios en la vertical, etc.), así como las particularidades de su relleno (tierras, escombros, basuras, huesos de animales, etc.) han hecho que las labores de extracción acometidas hasta el momento fueran más complicadas que lo que inicialmente se había previsto.
Todos esos trabajos, que ya estamos ejecutando, nos permitirán conocer con precisión el número de personas que fueron arrojadas al interior de este lugar y, muy probablemente, cómo murieron, (aunque requieren de una sistemática muy particular y en unas condiciones complicadas, pues a la estrechez del pozo se suma que está inundándose continuamente). La Asociación de Memoria Histórica de Arucas siempre ha sido informada de primera mano de todos los hallazgos. Y este lugar ya está danto datos para la historia, la memoria y la verdad. Desde que en octubre del año 2013 se iniciaran las primeras obras de vaciado del Pozo de Tenoya, no habían aparecido restos humanos en su interior, pese a que se superaba la profundidad de una treintena de metros desde el brocal del pozo. Efectivamente, el pasado mes de marzo se identificaron los primeros restos óseos humanos aparecidos en el Pozo de Tenoya, en el curso de los trabajos de exhumación en dos galerías laterales de 14 y 30 metros de longitud cada una de ellas, promovidos por el Cabildo grancanario y que ejecuta la empresa especializada Pozos Medina SCP. En las dos galerías citadas no se identificaron ni restos craneales ni ningún elemento material que no fuera material esquelético. Fue entonces cuando los técnicos de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria redactaron la nueva propuesta de intervención y metodología aplicada, ya iniciada, para verificar la existencia de más restos humanos en el Pozo.
Esta fase, la última y definitiva, es la que presentamos hace muy poco a la sociedad grancanaria. Se acomete en el caño del pozo a unos cinco metros por debajo de la base de las citadas galerías, a una profundidad de 38-40 metros. Desde que se iniciaron los trabajos, los restos óseos localizados en los diferentes espacios de esta obra hidráulica corresponderían al menos a quince personas. Pero lo más significativo de esta nueva presencia de huesos humanos en el caño del pozo es que la concentración es mucho mayor que la detectada en otras zonas, diversificándose además la representación anatómica. En este sentido cabe destacar la documentación de media docena de restos craneales, en algunos de los cuales se constata la presencia de lesiones compatibles con las que dejarían proyectiles de arma de fuego. A ello se suma el hallazgo de distintos elementos de indumentaria personal (hebillas, correajes, calzado y una moneda perteneciente a la época de la República), así como restos de munición de la época (parte de ella sin disparar).
Todos estos hallazgos, así como las heridas de bala, no dejan ningún margen de duda sobre que los restos identificados en el Pozo de Tenoya corresponden a personas represaliadas en el contexto de la guerra civil española. A partir de este momento, los trabajos van a centrarse en la exhumación, documentación, registro y levantamiento de los restos óseos humanos y el resto de materiales que se identifiquen por parte del personal formado en arqueología forense, y con la supervisión en todo momento del Cabildo de Gran Canaria, que asumirá los costes de esta investigación que se llevará a cabo en el Instituto de Genética Forense de la ULPGC. En el curso de estos trabajos -que ejecuta Tibicena- se verificará si los restos humanos mantienen vínculos anatómicos entre sí (lo que facilitaría las labores de individualización) o si, como parece, se ha perdido cualquier conexión esquelética entre ellos. Sumado a una valoración inicial de los restos humanos que se vayan exhumando, permitirá determinar la edad, circunstancias y condiciones de la muerte de estas personas y, si es el caso, los agentes naturales y antrópicos que hayan podido modificar el depósito inicial.
La intención del Cabildo de Gran Canaria es proseguir con la búsqueda hasta llegar al final del Pozo de Tenoya. Y en el cementerio de Vegueta. Y en la Sima de Jinámar. Por la memoria, por la verdad.
Antonio Morales Méndez
Presidente del Cabildo de Gran Canaria