UN PARQUE NACIONAL QUE ILUSIONA

Nunca la compra de un terreno por parte del Cabildo Insular de Gran Canaria generó tanta ilusión y unanimidad en la sociedad grancanaria. La reacción fue inmediata y rotunda. El anuncio de la adquisición de las parcelas que décadas atrás fueron vendidas a compradores desconocidos con domicilio social en un paraíso fiscal, creó también incertidumbres acerca del futuro de aquellos terrenos que formaban parte de la leyenda del paraíso perdido, del territorio menos conocido de Gran Canaria por tratarse de un lugar recóndito y solo accesible para los senderistas o las personas que alcanzaban sus playas por mar, con una travesía de incierta calma por La Aldea o por la costa moganera.

Sin embargo, el anuncio hace unos días de la adquisición de aquellos polémicos terrenos por parte del Cabildo Insular de Gran Canaria que presido y avanzar en la propuesta de un parque nacional, ha provocado una rápida reacción en forma de pregunta: ¿Será posible crear el Parque Nacional de Gran Canaria en aquellos terrenos? Y así lo han planteado los medios de comunicación de inmediato. Una pregunta que se ha repetido hasta la saciedad y que también han formulado numerosos grancanarios y grancanarias como si fuera un acto reflejo. Y no nos sorprende, porque esta es una aspiración largamente sentida por nuestra población. El Archipiélago Canario es la región española con mayor número de Parques Nacionales, con algunos de los iconos mundiales de la naturaleza como Timanfaya (1974), el Teide (1954), Garajonay (1981) y Taburiente (1954). Reductos de ecosistemas únicos en el mundo que, además, confirman la singularidad y el valor ecológico de nuestro archipiélago macaronésico.

Pero en Gran Canaria y Fuerteventura siempre hemos tenido conciencia de la importancia de nuestras riquezas naturales, de nuestra singularidad y originalidad, con territorios con características únicas para merecer el reconocimiento más importante que otorga el Estado a un ecosistema, como son los Parques Nacionales. En el caso de Gran Canaria, podría haber varias propuestas, pero la más sólida es la del cardonal-tabaibal con la extraordinaria representación de este ecosistema que se extiende por todo el Macizo del Suroeste, particularmente en el Macizo de Guguy; mientras en Fuerteventura siguen aspirando a su Parque Nacional de Zonas Áridas.

Una de las razones de la ilusión que ha despertado esta acción del Cabildo Insular, es que más de dos tercios de los terrenos del Macizo de Guguy -los de mayor uso social e interés natural- ya son de titularidad pública, del Ayuntamiento de La Aldea y del Cabildo grancanario. Precisamente, el problema es que en cada ocasión en la que se ha planteado la posibilidad de promover un Parque Nacional en la isla se ha topado con la negativa de colectivos sociales que verían sus propiedades afectadas por la declaración, si bien el concepto de estos espacios no impide ni persigue la presencia y las actividades humanas, tradicionales o de nueva implantación y sólo los limita si comprometen los valores ecológicos del mismo.

A pesar de la unanimidad en la sociedad grancanaria por la apuesta para alcanzar un espacio con la mayor protección y proyección de nuestra naturaleza, hay todavía alguna persona que se pregunta por qué queremos que Guguy sea Parque Nacional si ya es Reserva Natural Especial, una de las zonas núcleo de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria y objeto de un proyecto Life de la Unión Europea que, por cierto, ha permitido recuperar el bosque de cedros en la montaña del mismo nombre pasando de treinta ejemplares iniciales a más de mil en la actualidad.

Pues ante esa pregunta la respuesta es fácil. En un territorio un poco más pequeño que el de Garajonay, el Parque Nacional canario más reducido, nos encontramos con tres ecosistemas importantes -una diversidad que no se da en ninguno de los otros cuatro Parques Nacionales- entre los que destaca el cardonal-tabaibal más importante del mundo. Además, comparativamente, encontramos más endemismos insulares propios en Guguy que en ningún otro Parque Nacional. Solo por estos motivos, sería suficiente justificación para lograr la declaración de Parque Nacional.

Pero ¿qué aportaría a Gran Canaria declarar con dicha figura de protección ese territorio que ya está protegido? Probablemente una cuestión de prestigio, de reconocimiento máximo, de promoción de un modelo de turismo muy específico y de gran calidad que se mueve por el conocimiento y por el respeto a la naturaleza. Porque, no olvidemos que el Parque Nacional del Teide ya estaba protegido cuando lo declararon, además, Patrimonio Natural de la Humanidad de la Unesco. ¿Una redundancia? No, una cuestión de prestigio y un reconocimiento más a los valores de este espacio único. Y lo mismo sucede con otros Parques Nacionales en Canarias. Una realidad que nos sitúa, por méritos propios de nuestra naturaleza, entre las regiones geográficas con mayor biodiversidad del planeta.

Además, estamos ante una declaración que obligaría a desarrollar un Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) propio para este Parque y que incluiría el desarrollo de actuaciones en el entorno que beneficiarían a una población, especialmente dañada por las sucesivas crisis, como es La Aldea. Estamos hablando de inversiones en infraestructuras para el Parque Nacional, equipamientos y servicios para atender a visitantes y personal del Parque, captación de fondos de los diferentes programas para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, diversificación del modelo turístico con nuevos perfiles de visitantes más sensibles con la naturaleza y todo ello perfectamente integrado en nuestro proyecto de ecoísla.

Para este Cabildo Insular, como para la gran mayoría de la población de la isla, todos los reconocimientos nacionales o internacionales contribuyen a mejorar la imagen de nuestro territorio ante el mundo. De ahí que en Gran Canaria dispongamos de los diferentes espacios naturales protegidos por la legislación: Reserva de la Biosfera, Patrimonio de la Humanidad, Reserva Starlight… Una realidad que enorgullece e ilusiona, que contribuye a crear comunidad y a valorar nuestro entorno, porque pocas personas pueden presumir de vivir en un territorio tan especial. Por ello, se ha puesto en marcha, desde el Gobierno de la isla, un equipo de trabajo para determinar los pasos, procedimientos y recursos necesarios para promover cuanto antes la declaración del Parque Nacional de Guguy, en un momento en el que las competencias para la tramitación y aprobación las tiene el Gobierno autonómico, por lo que sería el primer Parque Nacional declarado por el Gobierno de Canarias. Invitaremos también a sumarse al equipo de trabajo al ayuntamiento de La Aldea. Ya hemos concertado también una reunión de trabajo con el Consejero de Transición Ecológica del Gobierno canario.

Estamos ante un proyecto que debe contar con el máximo apoyo social y creemos que lo vamos a conseguir, porque hemos escuchado el mensaje de ilusión que nos ha transmitido la población y esperamos dar respuesta muy pronto a este sueño tantas veces frustrado.

Antonio Morales Méndez

Presidente del Cabildo de Gran Canaria

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